Mis inicios en la docencia se remontan al año 1994, de profesión soy Ingeniero Biotecnológo recién egresada empecé a trabajar en la Congeladora Hortícola Sonorense como Supervisor de línea por un período de dos temporadas
(1 año), en el receso entre mi segunda temporada y el inicio de la tercera, me llegaron dos ofertas de trabajo (agosto) en Conalep y en Cetis 69 de mi ciudad para impartir clases de química y matemáticas. Debo confesar que siendo mi papá maestro jubilado del Cbtis 37, yo siempre había dicho JAMÁS seré maestra, no se porque.
Pero también es cierto que los dos útlimos años de mi carrera trabajé dando asesorías en una escuela de ese tipo; por lo que, decidí asistir al curso de iniciación a la docencia que me ofrecía Conalep, pasé el curso y en Septiembre ya estaba trabajando como maestra en los dos planteles. Iniciar formalmente como docente de EMS, fué intimidante, frustrante en ocasiones, desesperante; pero el dominio del grupo, de técnicas de enseñanza se fué dando de forma paulatina por la capacitación continua que tuve en Conalep, durante los siete años que laboré ahí. Pese a los contratiempos de iniciarse en esta labor, y de aceptar el gran compromiso de formar jóvenes, me dí cuenta que ¡me encanta dar clases!
(1 año), en el receso entre mi segunda temporada y el inicio de la tercera, me llegaron dos ofertas de trabajo (agosto) en Conalep y en Cetis 69 de mi ciudad para impartir clases de química y matemáticas. Debo confesar que siendo mi papá maestro jubilado del Cbtis 37, yo siempre había dicho JAMÁS seré maestra, no se porque.
Pero también es cierto que los dos útlimos años de mi carrera trabajé dando asesorías en una escuela de ese tipo; por lo que, decidí asistir al curso de iniciación a la docencia que me ofrecía Conalep, pasé el curso y en Septiembre ya estaba trabajando como maestra en los dos planteles. Iniciar formalmente como docente de EMS, fué intimidante, frustrante en ocasiones, desesperante; pero el dominio del grupo, de técnicas de enseñanza se fué dando de forma paulatina por la capacitación continua que tuve en Conalep, durante los siete años que laboré ahí. Pese a los contratiempos de iniciarse en esta labor, y de aceptar el gran compromiso de formar jóvenes, me dí cuenta que ¡me encanta dar clases!